Chi Kung 2011 en Moreno


qi gong

 

El Metal o el Símbolo de lo Verdaderamente Valioso


por Ari Ben

El Elemento Metal es el que nos recibe cuando nacemos y respiramos y nos despedirá con nuestro último hálito al partir.

La pareja de meridianos en el cuerpo es Pulmón Intestino Grueso. El Pulmón es el encargado de tomar los componentes más puros y valiosos del Qi Universal, y el Intestino Grueso el de liberar lo que para el cuerpo y la mente ya no tienen ningún valor.

Constante y meticulosamente estamos haciendo este trueque en nuestras vidas: incorporamos sustancias vitales y excretamos sustancias tóxicas (siempre desde la mirada de mamíferos, si fuéramos un árbol lo que para nosotros es “vital” para el árbol es “tóxico” y viceversa). Cuando este intercambio no se realiza de manera óptima aparecen problemas de asma, bronquitis o estreñimiento y diarreas por citar algunos.

Esta regularidad, este orden, este ritmo respiratorio del Metal nos organiza para vivir en un medio ambiente en armonía. Armonía que se verá tanto en lo interno como en lo externo. Cuando nos proponemos ordenar los placares o el galpón  de casa, es el Elemento Metal que se manifiesta y cuando lo realizamos (lo que parecía un imposible), respiramos muy conformes con nosotros. Lo mismo ocurre con “todos” los elementos desordenados de nuestra existencia.

El ideograma chino que representa al Metal (), es el mismo que el del oro. Históricamente el oro ha sido “el” metal como medio para la permuta por sus cualidades intrínsecas (no pierde su brillo y no se degrada); por ello se lo adoptó como algo de tanto valor. De allí que se considere al Elemento Metal tan preciado para realizar su función principal: el intercambio.

Cuando hablamos del “valor” de las personas, con preponderancia del Elemento Metal, nos referimos tanto a la “calidad” de gente, como “al coraje o al arrojo” que poseen. Los Metal buscan afanosamente la verdad, desean profundamente poner luz en la oscuridad para que aparezca lo certero. Se los percibe fríos, calculadores, ya que son muy lógicos; se aferran a las reglas, a la precisión de las Matemáticas. «Son filosos como facón de gaucho» Cuando están disbalanceados pueden ser extremadamente egoicos.

La estación del Metal es el otoño, el tiempo de colectar para hacer frente al invierno, es una pausa que nos invita a la calma. La dirección geográfica es el oeste. El ocaso como  final del día, es un momento para la reflexión meditativa y nos pone un poco nostalgiosos. Si el verano fue la exhuberancia, “el periodo de crecimiento lujurioso”, el otoño es el momento de la moderación, el de la “tranquilidad de nuestra conducta” dice el Nei Jing.

Así como en otoño la savia decrece, caen las hojas y refresca, el Pulmón hace lo mismo con la energía: la hace descender y la dispersa. Cuando esta función no la realiza pueden aparecer, en personas mayores, estreñimiento o gripes a repetición (el Metal trabaja como un escudo protector debajo de la piel: el Wei Qi o Energía Defensiva).

La emoción relacionada al Metal es la tristeza. Tanto un exceso de tristeza afecta al Pulmón, como un Pulmón débil hace que la persona se sienta triste. Los Metal tienen un componente frío y melancólico. Son rigurosos, metódicos y con un gran sentido del deber.

El llanto es el sonido del Metal, si es reprimido nos dolerá la garganta o si nuestra voz está baja, o la perdemos, estaríamos ante un cuadro de debilidad o de problemas crónicos en el Elemento. De la misma manera que a través del olfato podemos rechazar alimentos en mal estado y por ende perjudiciales para nuestro organismo, adiestrando a nuestro olfato, mejoraremos a los Pulmones.

El Po es el alma corporea del Pulmón, es nuestra parte instintiva, gracias a ella nos mantenemos vivos: respiramos y nos alimentamos. La garganta y el olfato están vinculados al Metal, como también el tacto. Si hay algo básico o primario en nuestros sentidos , es el olfato. Con solo oler un aroma la evocación sucede al instante. La sensación de tener tacto es que en toda nuestra piel se producen reacciones internas cuando somos acariciados o cuando solo evocamos

El Po vive las experiencias de esta manera: directa y sin intermediarios, sin el intelecto conceptualizando todo. Este instinto que lo conocemos a través de Freud es el principio de placer/displacer. Los chinos, unos milenios antes encontraron en el Po lo que naturalmente se da como: “me gusta/no me gusta”. El primer acto de individuación de la persona.

El color del Metal es el blanco y el sabor es el picante que ayuda al Pulmón a dispersar el Qi, pero un exceso lo agotará.

Como el Pulmón es el responsable de tomar del Qi Universal lo puro, su función es la de llevar la energía hacia abajo y dispersarla, controlar los canales y los vasos sanguineos, la piel y el pelo, gobernar las vias del agua, y se expresa en la nariz. Es tan vasto el trabajo que el Pulmón realiza con la energía que se lo considera “El Ministro que Organiza la Política del Emperador» (que es el Corazón).

Uno de los animales que representa al Metal es la grulla blanca. En el Chi Kung se imita a la grulla para nutrirnos de sus cualidades: el equilibrio físico, la moderación, el rigor, el coraje, la rectitud, la dignidad, la firmeza…

Mientras que el Metal trabaja con energías sutiles y ligeras durante el mecanismo de la respiración (contracción/ liberación), la Tierra lo hace con las energías más densas y toscas como la de los alimentos

En un plano yin yang, la parte yin del Metal nos permite crear lazos y vínculos profundos ; un yin pobre nos habla de la incapacidad para darle fuerza a esos hilos energéticos. El rompimiento de éstos se traduce en tristeza, que necesariamente habrá que reparar  para evitar problemas serios en  el Elemento Metal. El lado yang del Metal nos proporciona la capacidad de poder mudar de ideas y creencias. Esta conducta que nos habla de soltar está asociada al perdón, fundamentalmente al perdón a uno mismo por no cumplir con las expectativas de nuestros mayores.

La respiración es mágica y como tal ayuda a las personas a cambiar estados emocionales pasajeros o permanentes, desbloqueando la energía estancada.

El Elemento Tierra representa la Madre- Hogar (el elemento nutricio); el Elemento Metal es el Padre- Mundo Externo (el elemento expansivo). Y si vamos mas allá del mundo externo traemos el Cielo a la Tierra en cada inhalación y en cada exhalación.

Liberarse, soltar amarras, quemar las naves, nuevas metas…  éste es el salto evolutivo que nos propone el Elemento Metal!

Desde aquí podrás ir a los otros post sobre Los Cinco Elementos de la Medicina China Tradicional:

La Madera

El Fuego

La Tierra

El Agua

Clases de Chi Kung en Moreno


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Leyendo Gestos


flores de bach

Sentada a la  mesa de un bar cualquiera, a veces una se detiene a mirar a las personas…las que ya están, las que se van o las que van entrando. ¿Y qué es lo que se observa? Pues, varias cosas… allí veo a una mujer de mediana edad que mira nerviosamente su reloj y la ventana, toma a sorbitos una gaseosa, vuelve a mirar el reloj y la ventana…en la mesa de atrás una pareja habla distendidamente, se ríen y sólo están atentos a ellos mismos, se los ve muy alegres; miro hacia la puerta y veo entrar a una chica de unos 25 años, como agobiada, cargando unos libros en la mano, se sienta y cuando viene el mozo a atenderla, con una voz apenas audible, le pide algo…


No he hecho otra cosa que “leer” superficialmente a las personas desde sus gestos. Los gestos, entonces, son muy buenos indicadores de estados de ánimo, de actitudes y sentimientos porque son fundamentalmente, el lenguaje del cuerpo: la forma de caminar, de sentarse, de mirar, el tono de la voz, la mirada, la expresión de las manos, el movimiento de los pies…en fin, todo lo que se relacione con la postura corporal, nos está dando una primera imagen de las personas.

Del mismo modo, las plantas tienen también sus gestos…su postura, su forma de crecer, su insistencia, el suelo que eligen, la cercanía o la lejanía del agua, la soledad o la vecindad con otros congéneres, su forma de florecer, su manera de entregar las semillas…

Fue así, como a fines de Septiembre de 1928, el Dr. Bach, caminando a orillas del río Usk, en Gales, descubrió a Impatiens ,la planta que sería la fundadora de la lista de sus “12 Curadores”. El había dejado Londres junto a las presiones que le ocasionaba su trabajo en el Laboratorio de Park Crescent, siguiendo un “impulso súbito” y llevando como única carga una maleta llena de zapatos y a “su” propio laboratorio…que era él mismo! Nos cuenta Nora Weeks (su biógrafa) que  esta altura, Bach ya había esbozado distintos tipos emocionales a partir de la observación del comportamiento de las personas y de sus gestos. Había notado, por ejemplo, que algunas personas compartían las mismas conductas, como si pertenecieran a una misma familia; otras, se relacionaban a partir de emociones en común, como sus miedos, sus irritabilidades, sus ansiedades, sus indiferencias, sus obsesiones o sus preocupaciones…Así es que al combinar estas observaciones con la idea que las enfermedades tenían su origen más arraigado en los problemas emocionales que en el plano físico, comenzó a reconocer los componentes que deberían tener  sus remedios: ahora tendría que encontrar las plantas que fuesen equivalentes a esos tipos humanos.

En aquella época, los herbarios y farmacopeas, al igual que todo material relacionado al tópico, no hablaban más que de los efectos que sobre lo físico tenía la Medicina de las Plantas, o de cómo utilizar una sustancia particular de acuerdo a una enfermedad concreta.. Pero, el Dr. Bach, buscaba también un efecto sobre el comportamiento emocional o mental de la persona, este hecho, sin más, nos da la explicación de por qué no investigaba en una biblioteca, sino en el campo, caminando; no en la farmacia, sino dentro de sí mismo. También modificó la atención de su mirada, pasando de las causas y los efectos externos, a las causas y efectos internos: significa que miraba a la persona, no a la enfermedad, y esto lo hizo no con cualquier otra persona, sino, con él mismo! Supuso que si cada persona actuaba dentro de un “tipo”, él también tendría el suyo y comenzó a buscar su remedio.

impatiens

Y en qué tipo de personalidad se contextualizaba el Dr. Bach? Sabemos, por distintos autores, así como también por su biógrafa, que era un hombre al que le gustaba trabajar solo, tenía objetivos claros pero le desagradaba “fijar horas para el trabajo, como también las reglas y normas”. Tenía una gran energía y le gustaba mucho hacer las cosas por sí mismo (como sus propios muebles); no era una persona fácil y sociable, sino más bien, un solitario, seguro de sí mismo e impulsivo, determinado, con convicciones fuertes y muy rápido para tomar decisiones.

Un buen colega de Bach, Víctor Bullen, también aporta sus propias impresiones, al decirnos que “tenía una mente rápida y original, era valiente, audaz, altruista y generoso”. F.J.Wheeler nos habla también de su “rapidez”: “era rápido para tomar decisiones, rápido para actuar y rápido para perder la calma y algunas veces, era impaciente ante la lentitud de los demás”. También se menciona su rapidez para encolerizarse, que se le pasaba enseguida, como así también se remarca su compasión, su amabilidad y su capacidad para inspirar confianza.

A partir de esta descripción, podemos afirmar que Bach era del tipo “Impatiens”… con sus aspectos positivos (amable, equilibrado y relajado), pero, qué hay de la otra parte de su personalidad? : tenso, irritable e impaciente…Así es que si Bach buscaba su propio remedio, tendría que comenzar por su lado humano. Y en ese caso, cúal sería el perfil de la planta?

Nora Weeks nos comenta que pasaba todo el día examinando una gran variedad de plantas, anotando dónde crecían, que suelo escogían, el color, la forma, el número de pétalos, si se diseminaban por tubérculos, raíces o semillas…pasaba horas sentado estudiando los hábitos y características de cada flor, planta o árbol, buscando la correspondencia entre el hombre, que en este caso era él mismo y la planta.

En la próxima “entrega”, hablaremos de Impatiens, esa bellísima flor roja…y mientras tanto, cuál es tu gesto?

María del Carmen Piñero

…Otra Maestra


Ahora les quiero a presentar a otra maestra en mi vida. Ella es mi mujer, mi pareja, mi amor, mi amiga. Vivimos aprendiendo mutuamente , viviendo y compartiendo la Vida, nada más ni nada menos. María del Carmen Piñero es psicóloga gestáltica y Terapeuta Floral.  Quiso estar presente en el blog  y nos regaló un artículo (que promete ser una serie) sobre Terapia Floral. Una de sus especialidades.

Flores de Bach

Flores de Bach

La terapia de las flores de Bach fue desarrollada hace más de cincuenta años por el médico e investigador inglés Edward Bach, quien sentía que la “medicina oficial” fallaba, ya que se manejaba con resultados físicos, sin tener en cuenta las causas reales o más profundas de la enfermedad. Bach sostenía que “hasta un tratamiento aparentemente exitoso, no era más que un alivio temporal” sino se llegaba a la causa real.

Para entender la concepción que Bach tenía sobre la enfermedad, es necesario aclarar que coincidía intelectualmente con Hipócrates (quien creía en el poder curativo de la Naturaleza), Paracelso (quien produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la sanación de los cuerpos) y Hanemann (el padre de la Homeopatía ; para ellos no existía la enfermedad, si no el enfermo; reconociendo asimismo, que el Hombre tiene dos aspectos fundamentales e indisociables: el espiritual (o emocional) y el físico (u orgánico). De tal manera que la armonía o el equilibrio entre ambos, o sea la salud,  depende de la calidad de esta “asociación” .

De acuerdo a esto, la enfermedad, sería entonces, la resultante de un conflicto que surge de un desequilibrio causado por no vivir plenamente de acuerdo a los dictados del Alma, o dicho de otro modo, cuando no se vive de acuerdo a los verdaderos deseos de cada uno.

Existen 38 remedios comprendidos en el sistema floral del Dr. Bach que fueron agrupados en siete categorías:

*** Remedios para los que sienten temor

*** Remedios para los que sienten incertidumbre

*** Remedios para los que tiene falta de interés en general

*** Remedios para la soledad

*** Remedios para la excesiva sensibilidad a influencias externas

*** Remedios para el desaliento y la desesperación

*** Remedios para la excesiva culpa y preocupación por los demás

Hay mucha literatura acerca de los Remedios Florales de Bach, pero poco se ha profundizado acerca de ubicar este aporte en un contexto más amplio: no se ha considerado apropiadamente cómo es que el Dr. Bach descubrió estos remedios, o por qué se preparan de tal manera, o por qué determinadas flores tienen propiedades particulares. Como así tampoco, se ha puesto la atención necesaria en las implicancias filosóficas de su obra. Existe como una escisión entre la tendencia a usar los medicamentos y su sostén filosófico: partiendo entonces de una visión holística, en una conferencia ofrecida poco antes de su muerte, Bach planteó que el propósito esencial de sus remedios era “acercarnos a la Divinidad interior, que es la que nos cura”. De manera que tomar los remedios, que apoyan y ayudan en los procesos de cambio y aprendizaje, sin comprender la naturaleza del conflicto o la disarmonía  entre cuerpo y alma, es perder de vista la riqueza del poder sanador que nos ofrecen las escencias florales.

María del Carmen Piñero